
Con este estribillo suena una popular y antigua canción en la que se hace protagonista a la flor de la “Papaver rhoeas” más conocida como amapola. La amapola es una planta anual que nos asombra con su flor a mediados de la primavera. En la melodía el autor utiliza a esta planta como metáfora del atractivo físico de su amada. Por algo será, ¿no…? Ahora lo verás.