El jabón potásico es capaz de controlar varias de las plagas frecuentes en el jardín, sin contaminar ni generar problemas a las personas y animales. No en vano está aceptado en agricultura ecológica por su nula toxicidad. A continuación te explico sus virtudes y cómo utilizarlo.

La cochinilla acanalada de los cítricos puede controlarse con jabón potásico
En muchas ocasiones he hecho referencia a este biocida como remedio a algunas de las plagas más comunes. Yo prefiero utilizar medios ecológicos en el jardín, por respeto al medio ambiente, sí; pero también por razones más egoístas.
El jabón potásico es un insecticida y acaricida que combate eficazmente al pulgón, la cochinilla, la mosca blanca, los trips y la araña roja, entre otros; sin toxicidad para el ser humano y otros animales. Estupendo, ¿no…?Exacto, ésta es para mí su gran virtud. Puedes aplicarlo sin miedo a causar daño a tu organismo o a tu familia, y tus mascotas también estarán a salvo.
Usos del jabón potásico
Este plaguicida está aceptado en agricultura ecológica; puede aplicarse en dichos cultivos sin perder la certificación. No entra en la planta (no es sistémico) y se degrada rápidamente, por lo que no requiere plazo de seguridad. Recoger los frutos casi de inmediato no sería un problema.

Hongo de la negrilla o fumagina
En jardinería se utiliza sin restricciones, a diferencia de otros fitosanitarios con efectos más agresivos. Esto supone que sea muy empleado para el control precoz del pulgón, la cochinilla, la mosca blanca, los trips y otros insectos de cutícula blanda.
Además, tiene un efecto limpiador sobre las hojas muy interesante: lava los residuos de melaza generados por los insectos, evitando la aparición de la negrilla. También es útil para combatir este hongo al inicio de la infección.
Los ácaros tampoco escapan a su efecto, siendo muy competente contra la araña roja.
El jabón potásico también puede ser utilizado junto con el aceite de Neem o con otros fitosanitarios. Es apropiado como “mojante”, mejorando la aplicación sobre las plantas (comprueba siempre las indicaciones del fabricante).
Composición
El jabón potásico es el resultado de la reacción de lípidos (grasas) con el hidróxido de potasio; para darle forma líquida se le añade además agua. El proceso es similar a la fabricación de los jabones de sodio utilizados como detergente, pero estos son más agresivos (no apropiados en jardinería).
Si te ves obligado, alguna vez, a utilizar jabón de lavavajillas u otros similares como insecticida, conviene que después enjuagues bien el producto con agua.
Pero esto no será necesario, pues el jabón potásico es bien sencillo de encontrar. Lo puedes comprar en cualquier centro de jardinería (también mediante este enlace a Amazon).
El jabón de potasa no dañará los tejidos de los vegetales. Además, al degradarse, acabará sirviendo de abono.
Aplicación
Como ves, casi todo son ventajas con el jabón potásico: es biodegradable e inocuo. Para colmo, de rebote, es una fuente de potasio para las plantas.
Este plaguicida ecológico actúa por contacto; reblandeciendo la cutícula protectora de los parásitos, que utilizan además para respirar. Provoca la asfixia de éstos, sin dañar a otros insectos beneficiosos como las abejas o sus propios predadores naturales, útiles también para controlar la plaga.
A causa de su mecanismo de actuación, deberás ser meticuloso y aplicar bien el producto por toda la superficie de la planta, intentando alcanzar al mayor número de individuos. Pon especial atención en las partes en crecimiento, donde los tejidos son más tiernos, y no te olvides del envés de las hojas; allí es donde más encontrarás.
Si no tienes mochila de tratamiento, ésta de 16l puede serte útil. Aunque para un uso puntual te bastará con un pulverizador más pequeño.
El mejor momento para realizar el tratamiento será a la salida o la puesta del sol, en ausencia de viento y de lluvia que lave la aplicación.
La dosis puede variar dependiendo de la concentración del producto (ver las indicaciones en el envase). Pero suele emplearse entre el 1 y el 2% de dilución en agua, para asegurar la efectividad. Esto vendría a ser de 10 a 20ml de jabón potásico por cada litro de caldo (para los 16l de la mochila, 320ml como mucho).
Serán convenientes varios tratamientos para controlar la plaga. Lo ideal es repetirlos entre 3 y 4 veces, dejando una semana de descanso entre ellos.
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El jabón potásico, quizás, no es el más eficaz de los plaguicidas, pero sí el menos dañino para ti y para el medio ambiente. Este argumento es para mí más que suficiente, por eso te lo recomiendo. Antes de recurrir a productos más agresivos, ¿no es mejor probar primero con algo menos perjudicial?
Además, bien usado y a tiempo, quién dice que no es eficiente. Yo creo que siempre es mejor no empezar matando moscas a cañonazos, ¿y tú qué opinas?
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Gracias, no lo conocía, que buen consejo. Compro sprays ecológicos, pero probaré éste.