En esta entrada pretendo repasar los nutrientes imprescindibles para la salud de las plantas; aquellos sin los cuales no podrían subsistir. He considerado oportuno poner un poco de orden a las diferentes carencias y sus correspondientes síntomas; para mí mismo y para todo el que pueda estar interesado.

Las hortensias sufren con frecuencia carencia de hierro y otros nutrientes, si el suelo no es lo bastante ácido
La semana pasada te comenté las bondades del jabón potásico contra algunas de las plagas del jardín. Y descubrí, gracias a los comentarios del blog, que muchos lectores, sabiamente, ya lo venían utilizando.
Hoy no voy a hablarte de bichos, ni de hongos, pero quiero tratar un tema igual de importante y estrechamente relacionado con la salud de las plantas. Me llevaré de nuevo una alegría si muestras el mismo interés.
¡Vamos, Jose, al grano…!
Todas las plantas necesitan absorber, normalmente por las raíces, trece elementos esenciales disueltos en el agua que son imprescindibles para sus procesos metabólicos. Hasta tal punto que si sufrieran la carencia de alguno de ellos, mostrarían ciertos trastornos o incluso podrían llegar a morir.

Nutrientes esenciales para las plantas
¿Te he despertado la curiosidad? Pues, continúo…
Contenido de la entrada
Macronutrientes de las plantas
De los elementos esenciales para las plantas, seis de ellos son requeridos en mayor proporción que los demás; son los llamados macronutrientes.
El nitrógeno, el fósforo y el potasio son, de entre éstos, los que se asimilan en mayor cantidad; se les conoce como macronutrientes primarios. Son los dominantes en las estructuras vegetales, si obviamos a los tres grandes: los elementos no minerales (el carbono, el hidrógeno y el oxígeno) que provienen, en este caso, de la atmósfera y del agua.Les siguen en abundancia, el calcio, el magnesio y el azufre (macronutrientes secundarios), con menor presencia en las células, pero que ejercen igualmente una función estructural indispensable en las plantas.
Carencias o excesos
Debido a su mayor consumo, cualquier abono debería tener en consideración al menos al nitrógeno, al fósforo y al potasio, siendo interesante además la presencia de otros nutrientes.
A continuación te muestro los trastornos más habituales, a consecuencia del déficit o en su caso del exceso de alguno de ellos.
Nitrógeno (N)
El nitrógeno es un nutriente esencial en la formación de la clorofila. Su déficit provoca hojas más apagadas o amarillas, incluidos sus nervios. Al principio en las HOJAS VIEJAS, que pueden llegar a caer, luego también en las nuevas.

Poto con ligera deficiencia de nitrógeno
Al ser un elemento tan importante para la estructura de la planta, su carencia frena el desarrollo y provoca vulnerabilidad ante plagas y enfermedades.
Ten en cuenta que los síntomas del riego inadecuado pueden parecerse a los de la falta de nitrógeno.
El exceso es igualmente perjudicial; supone un crecimiento exagerado, aunque con tejidos débiles que atraen las plagas y facilita la entrada de hongos. También induce a una menor floración.
Fósforo (P)
En este caso, su carencia repercute en un menor crecimiento de las raíces y por ende de la planta en general, así como en problemas en la floración y maduración de los frutos. También hace a la planta más susceptible al frío y a cualquier tipo de agresión.

Carencia de fósforo en plantas por Scot Nelson (CC BY 2.0)
Los síntomas en las hojas se manifiestan primero en las MÁS VIEJAS, mostrando bordes morados, que pueden llegar a secarse. Los nuevos brotes serán además más escasos y con las hojas de menor tamaño.
El exceso de fósforo puede bloquear la absorción del hierro, el manganeso o el zinc.
Potasio (K)
El potasio es responsable de la turgencia de los tejidos y la respiración (apertura y cierre de los estomas). Favorece la resistencia de la planta ante las bajas temperaturas, la sequía, las plagas y las enfermedades. Su deficiencia repercute negativamente en el desarrollo de la planta, la floración y la fructificación.

Déficit de potasio y magnesio por Soll Sclence (CC BY 2.0)
Los síntomas pueden observarse primero en las HOJAS VIEJAS: puntas y bordes amarillos o secos, de forma parecida a la falta de magnesio o al exceso de boro y cloro. Cuando el problema se acentúa, afecta también a los nuevos brotes.
Este nutriente puede escasear en terrenos arenosos. Su exceso, en cambio, bloquea la absorción de magnesio, calcio, hierro, boro y zinc.
Si quieres asegurar la presencia de los tres nutrientes principales, puedes aportarlos fácilmente mediante abono granulado.
Puedes encontrar abono granulado aquí en Amazon.
Calcio (Ca)
Interviene de forma decisiva en la resistencia de los tejidos, el desarrollo de las raíces y en la formación de frutos de hueso o con pepitas.
Su privación no es habitual, pero puede darse en terrenos ácidos y con demasiada humedad. De producirse, se evidenciará sobre todo en los BROTES JÓVENES, mostrando hojas amarillas y con puntas secas o que se enrollan sobre si mismas. También provoca deformación en los frutos.
La falta de calcio se soluciona realizando una enmienda con cal
Su exceso puede impedir la asimilación del fósforo, el magnesio y el hierro.
Magnesio (Mg)

Carencia de magnesio en tomatera por Scot Nelson (CC BY 2.0)
El magnesio es un nutriente clave en la producción de clorofila. Las señales de su escasez se observan mayormente en las HOJAS VIEJAS, que pueden mostrar clorosis entre sus haces vasculares (aunque no tan marcada como en el caso del hierro) o también en los bordes.
Es además importante en la formación del fruto y sus semillas, por lo que no debe faltar en su maduración.
Razones de su pobre asimilación pueden ser el exceso de calcio o de potasio. Demasiada cantidad de magnesio también podría interferir en la absorción del potasio.
Azufre (S)
Este elemento es básico en la formación de proteínas y clorofila. Forma una asociación importante con el nitrógeno, por lo que su carencia presenta síntomas similares: crecimiento lento y clorosis generalizada, aunque en este caso se inicia en las hojas jóvenes.
¿Quieres saber cómo aportar más nutrientes? No te pierdas esta entrada: “Abonar las plantas del jardín”.
Micronutrientes de las plantas
Igualmente existen otros elementos que, aunque en mucha menor proporción, necesitan ser asimilados por las plantas. Realizan funciones de vital importancia en su metabolismo; es el caso del hierro, el zinc, el manganeso, el boro, el cobre, el molibdeno y el cloro.
Estos nutrientes también son conocidos como oligoelementos
Los oligoelementos son requeridos en pequeñas cantidades, pero son tan indispensables para la salud de los vegetales como los macronutrientes.
Su deficiencia, normalmente, tiene más que ver con un bloqueo en su asimilación, que con la ausencia real en el suelo.
Carencias o excesos
Una de las causas puede ser el pH del sustrato demasiado alto, habitual en el caso del hierro, sobre todo en plantas acidófilas. Pero también puede ocurrir al contrario, como en el caso del molibdeno y el boro.

Limonero con leve carencia de hierro
En cualquiera de las circunstancias el mineral existe en el suelo, pero se encuentra retenido. Para evitar este problema, se aconsejan los cultivos preferiblemente en suelos neutros (con pH comprendido entre 6,5 y 7). Otra explicación podría ser el exceso de un mineral, que bloquee su asimilación (elementos antagonistas).
Hierro (Fe)
El hierro es otro de los indispensables en la formación de la clorofila. Su carencia es similar a la del magnesio, pero aquí en cambio, se evidencia primero en las HOJAS JÓVENES.

Clorosis férrica en hortensia
En la imagen de arriba puede observarse claramente cómo las hojas se tornan amarillas, a excepción de los nervios que permanecen verdes. Tal deterioro responde al nombre de clorosis férrica.
Las plantas con querencia por los suelos ácidos, como por ejemplo la hortensia, son más susceptibles a este trastorno.
El inconveniente se soluciona fácilmente añadiendo turba rubia al sustrato o abono en forma de quelato de hierro.
Si lo deseas, puedes encontrar quelato de hierro aquí (en Amazon).
Zinc (Zn)
El zinc interviene en la metabolización de las proteínas y el alimento para la planta. Además mejora su resistencia al frío.
Su déficit provoca retraso en el crecimiento y problemas en los NUEVOS BROTES: tallos con nudos apretados y hojas pequeñas, clorosis entre sus nervios o deformidad.
La carencia se puede solucionar aplicando abono foliar en forma de quelato de zinc.
Manganeso (Mn)

Rosal con deficiencia de manganeso por Malcolm Manners (CC BY 2.0)
Este metal participa en varias reacciones metabólicas importantes, también en la síntesis de la clorofila.
Los síntomas de esta deficiencia son muy parecidos a los del hierro (nuevamente en las HOJAS JÓVENES). En este caso la diferencia radica en las zonas que rodean a las venas, que permanecen verdes.
Es difícil diferenciar la carencia de manganeso de la del hierro
Un suelo alcalino es por norma un hándicap para la asimilación de éste y otros micronutrientes. La aplicación de quelatos puede ser una solución de urgencia.
Boro (B)
Este elemento interviene activamente en la división celular de las plantas. Es importante en su crecimiento, en la polinización y en la producción de semillas.
Su déficit provoca crecimiento lento y deformación de los NUEVOS BROTES (hojas y flores). Las raíces tampoco se desarrollarán adecuadamente.

Exceso de boro en plantas por Malcolm Manners (CC BY 2.0)
Su exceso es posible en suelos muy ácidos y puede presentar toxicidad (bordes de las hojas quemados, clorosis y defoliación). En la foto puede verse como las hojas revelan indicios parecidos a la falta de magnesio.
Cobre (Cu)
Su escasez se observa primero en las HOJAS JÓVENES, presentando deformación y clorosis. También puede dificultar la normal lignificación del tallo.
Este problema se presenta con frecuencia por el cultivo en sustratos alcalinos, pero se soluciona fácilmente aplicando un fungicida con cobre a las hojas.
Molibdeno (Mo)
La falta o la toxicidad de este elemento es poco habitual; es requerido en cantidades demasiado pequeñas.
Este mineral está muy ligado al nitrógeno. En este caso, las manifestaciones se producen antes en las HOJAS VIEJAS, de forma muy similar a la insuficiencia de nitrógeno (menor tamaño de las hojas, clorosis, puntas y bordes secos)
La causa, al contrario de los demás micronutrientes, es por un pH bajo.
Cloro (Cl)
El cloro interviene, entre otros mecanismos, en la apertura y cierre de los estomas de las hojas, controlando, de esta manera, la deshidratación de la planta.
Su ausencia tampoco suele ser algo frecuente. Supone más inconvenientes el exceso de este elemento, con indicios similares a la falta de potasio (enrollamiento de las hojas, clorosis y necrosis).
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Hasta aquí hemos visto los principales trastornos de las plantas, causados por la deficiencia de estos nutrientes tan importantes.
Como has comprobado durante la lectura, algunos síntomas son muy similares; lo que hace difícil identificar al mineral responsable. Ademas, las carencias rara vez son de un único elemento, sobre todo en el caso de los micronutrientes.
No desesperes… lo importante es intuir por donde van los tiros, para actuar en consecuencia.
La semana que viene me planteo ponerles solución. Nos vemos de nuevo, no te lo pierdas.
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Hola, tengo una hortensia de unos 10 años en una maceta
Todos los veranos da flores grandes y azuladas pero este año se han quedado verdes y más pequeñas
Siempre he utilizado un abono granulado para hortensias
¿Sabes qué ha podido ser?