La siega es sin duda el trabajo más habitual de entre todos los realizados en el césped. Si dominas la técnica tendrás mucho ganado, pues es primordial para mantener la pradera en buenas condiciones. ¿Quieres tener tu césped bonito y sano? Sigue al pie de la letra las cinco recomendaciones de hoy: cómo cortar el césped de forma correcta.

Consejos para cortar el césped de forma correcta
¿Dispones de césped? Con el inicio de la primavera habrás notado cómo se activa y empieza a crecer de nuevo. Ya no parará hasta el final del otoño, con la llegada nuevamente del frío.
A partir de ahora la siega será sin duda tu quehacer más repetido, llegando en verano a su frecuencia máxima: de una vez a la semana o incluso más. Puedes hacerte una idea de su tremenda importancia; incide directamente en la apariencia de tu césped y en su bienestar.
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La altura del césped
No es buena idea segar el prado demasiado bajo. Con ello estamos reduciendo la superficie foliar y por lo tanto dificultando su capacidad para realizar la fotosíntesis. Sostenerlo en esas condiciones repercutirá con toda seguridad en un césped débil.
Las praderas conservadas a baja altura disponen de menos raíces y más superficiales que un césped normal; son por lo tanto menos resistentes a la sequía. También son más sensibles al ataque de plagas y enfermedades. Las malas hierbas tampoco desaprovecharán su oportunidad.Como norma general, no siegues por debajo de los 5cm. Conviene incluso dejarlo más alto en zonas de sombra y en aquellos periodos considerados de estrés: cuando el calor es extremo o en los meses de invierno.
En céspedes de estaciones cálidas, formados por gramas, se puede segar algo más bajo. La bermuda, la zoysia o el kikuyo admiten alturas mínimas de hasta 2cm.
Sin embargo, conviene no abusar. Ten en cuenta que un césped segado a mayor altura protegerá, además, al suelo de la evaporación durante el verano, ayudando a disminuir el consumo de agua.
Aquí estamos hablando de un césped residencial y no de campos deportivos, así que, doy por supuesto que no necesitas estas medidas tan reducidas. Déjalo más alto pero sin llegar a comprometer su apariencia ornamental.
Frecuencia de corte
Ahora te voy a dar otra regla de oro, toma nota: nunca debes cortar de una vez más de un tercio de la altura del césped.

La frecuencia para cortar el césped depende sobre todo de la estacionalidad
Si has estado ocupado y has descuidado su siega, no vale, ahora, con cortar el césped directamente a la medida que te convenga (por ejemplo, los 5cm antes señalados). Sería un duro castigo para él; se estresaría demasiado y para colmo dejarías todas las hojas amarillas al descubierto. Para evitarlo, elimina no más de una tercera parte de la altura total y repite el proceso al cabo de unos días.
Por esta razón se procura respetar los tiempos de siega marcados por el propio pasto, a razón de su velocidad de crecimiento.
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El crecimiento más o menos rápido está influenciado directamente por las especies que lo forman, la cantidad de agua disponible, los nutrientes del suelo, pero sobre todo por la estacionalidad.
Así, te puedes encontrar con que en invierno apenas tengas que segar (una vez al mes o incluso nada), en primavera y otoño debas de aumentar la frecuencia a 2 y hasta 4 veces al mes y en verano tengas que pasar la segadora más allá de una vez a la semana.
No cortar el césped mojado
Antes de ejecutar la siega, conviene cerciorarse de que la pradera no esté mojada. Si permaneciera húmeda, aunque solo sea por el rocío de la mañana, los tallos quedarían doblados y dificultaría la homogeneidad del corte. Al poco de segar ya aparecerían de nuevo las imperfecciones.

No es conveniente cortar el césped cuando está mojado
Además de comprometer el resultado, se complicaría mucho la labor con la segadora. Tanto las cuchillas como la carcasa y el recogedor se las verían con un amasijo de hierbas adheridas.
Si todo está empapado, incluido el suelo, ya sí que no hay discusión; déjalo para otro momento. Podrías dejar marcas horribles, deteriorando gravemente tu pradera. En el peor de los casos estarías contribuyendo a compactar el terreno, complicando la adecuada aireación de las raíces.
En conclusión: apaga el riego automático si tienes previsto segar, no trabajes si ha llovido o espera por lo menos a que el sol seque lo suficiente.
Un cortacésped en buen estado
La elección del cortacésped tiene mucho que ver con las dimensiones de tu pradera. A no ser que dispongas de una superficie enorme, las segadoras “autoportantes” (esas máquinas en las que ir cómodamente sentado) no serán necesarias. Bastará con modelos más pequeños. De esta manera no solo te ahorrarás dinero, sino que además minimizarás el riesgo de daños en el césped. Ya sabes… si está mojado, mejor no segar.
Sí que conviene que el motor sea de gasolina para que disponga de suficiente potencia y además liberarte de cables. En jardines de cierto tamaño o con desniveles pronunciados es aconsejable que la máquina disponga de tracción o autopropulsión, así no tendrás que empujar.
Para un jardín mediano, con hasta 1500m² de césped, bastará con una segadora sencilla como ésta. Si le vas a dar “más caña”, ya te aconsejo modelos más robustos, como éste de la marca Honda.
Aunque te hagas con la mejor segadora del mercado, no te verás eximido de su mantenimiento. La buena conservación de las cuchillas debe ser una prioridad. Cuidado con las piedras y los bordillos o habrá que ponerse a afilar.
También es una buena costumbre desinfectar la superficie de corte al terminar los trabajos. Si sospechas de la existencia de hongos o siegas varias parcelas con la misma máquina, más que una recomendación, será algo obligatorio.
Cómo segar el césped
Expuestos los principios básicos, toca ponerse a trabajar. Puede que ya conozcas el procedimiento, pero por si acaso lo repasamos ahora…
Es clave describir líneas bien rectas. Empieza siempre por los márgenes, para después pasar a trazarlas en sentido longitudinal (siempre paralelas la una respecto a la otra). Un buen truco es aprovechar como guía la rodera de la pasada anterior, así no quedarán los desagradables flecos.
Estate atento a los obstáculos para poder sortearlos. Los difusores o aspersores más levantados de lo debido son un clásico, procura no cercenarlos con las cuchillas.
Recoge siempre lo que has segado, a no ser que tu cortacésped disponga de la opción de “mulching”. Con este sistema los restos se pulverizan y pasarán a integrarse en el suelo; no molestan y aportarán además nutrientes importantes. Si no es el caso, usa el recogedor o cajón de la segadora y recuerda vaciarlo frecuentemente, antes de que los residuos comiencen a caer por debajo.
Para terminar “dale el toque maestro”: recorta los bordes del césped, alrededor de tu mobiliario y cualquier otro obstáculo. Te puedes ayudar de un recortabordes o de una desbrozadora como ésta. Te aseguro que la diferencia resultará abismal, no hay color entre una pradera con los bordes bien definidos y otra sin recortar.
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Ahora ya no tendrás excusa. Estos 5 consejos son suficientes para asegurar el trato respetuoso de tu querido césped en una labor tan relevante como la siega. De todas formas, no olvides que en su salud influyen muchos otros factores. Si te parece los tratamos en próximos artículos. ¡Hasta la vista!
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Muchisimas gracias, José. Que interesante.
Estaba cometiendo errores por desconocimiento y que ya voy a evitar.
Un saludo.