La bignonia roja (Campsis radicans), también conocida como jazmín de Virginia o enredadera de trompeta, por sus soberbias flores acampanadas y su capacidad trepadora, es una planta muy interesante para cubrir pérgolas. En verano disfrutarás de su sombra mientras que en invierno, al ser de hoja caduca, dejará pasar toda la luz.

Bignonia roja, jazmín de Virginia, enredadera de trompeta o trompeta trepadora (Campsis radicans)
Añoranza tengo ahora de esta trepadora y de sus flores. La tengo asociada irremediablemente al verano y a mi estimada Costa Brava, donde es habitual engalanando fachadas y otras verticales. Una jardinera generosa es todo lo que le hace falta para subir y subir por las paredes blancas, de aire marinero. Lejos quedan sus trompetas rojas, con este implacable frío.
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Te presento a la bignonia roja
A la Campsis radicans no le importa ascender hasta los diez metros de altura, ayudada de sus zarcillos o raicillas con las que se fijará a cualquier estructura. Es un arbusto enérgico, que te dará pronto las primeras satisfacciones -tarda poco en crecer-. Las cualidades de esta bignoniácea la hacen una estupenda candidata como enredadera para tu jardín. Será conveniente, no obstante, su control mediante poda, consecuencia de su tremenda energía.
Las grandes hojas pinnadas de esta trepadora, de entre nueve y once foliolos -ovales y con el margen aserrado-, vestirán la planta solo hasta el otoño. Después caerán irremediablemente, dejando la planta desnuda hasta la primavera. Será mejor así; dejará pasar el sol durante el invierno.Bien entrado el verano aparecerán sus flores rojas o anaranjadas, exhibiendo con descaro su corola en forma de trompeta. La Campsis radicans florecerá a partir de sus nuevos brotes, componiendo una suerte de racimos terminales. Pocas flores serán tan llamativas como las de la bignonia. No desesperes si tardas en vislumbrarlas, tal vez se demoren hasta su cuarto año de vida, pero valdrá la pena esperar.
Usos de la Campsis radicans
La bignonia roja o jazmín de Virginia procede precisamente de allí: del sureste de los Estados Unidos. No le importa, por lo tanto, los climas con cierto contraste. Aguanta perfectamente los calores del verano y tolera sin rechistar las heladas, siempre que no sean excesivas. Así será adecuada tanto para la costa mediterránea como para otras zonas ubicadas al interior -¡una todo terreno, vamos…!-.

Flores en forma de trompeta de la Campsis radicans
La falta de espacio tampoco será ningún impedimento para la bignonia. Hazte con una buena jardinera y, a pesar de su potencial tamaño, podrás cultivarla incluso en tu pequeña terraza. Solo tendrás que gobernarla mediante poda. Bien en suelo o en maceta, sitúala contra una pared, valla u otra estructura. Sus raíces aéreas deberían de encargarse de hacer el resto, aunque te agradecerá que le facilites el trabajo sujetándola al principio, cuando aún es joven.
Cultivo y cuidados
La Campsis radicans es una planta rústica, además de tremendamente decorativa. No tendrás problemas con su mantenimiento, siempre que la tengas en cierta consideración. Ahora te doy algunas pistas de lo que necesitará.
Iluminación
Aunque tolere una menor iluminación (aguanta una ubicación a semisombra), intenta situar tu bignonia a pleno sol; de esta manera te recompensará con un mayor número de flores. A ser posible realiza el trasplante con temperaturas suaves: finales de invierno, principios de primavera o bien en otoño, será lo ideal.
Sustrato
Dará igual que plantes tu bignonia en el suelo o en maceta. ¡Tú decides dónde! Pero si lo haces en un recipiente, para que se desarrolle convenientemente procura que sea lo más grande posible.
El sustrato ideal deberá ser nutritivo y con buena capacidad de drenaje. Una mezcla de sustrato universal con algo de arena y mantillo hará las delicias de tu trompeta trepadora.
Riego y abono
La Campsis radicans aguantará hasta cierto punto la sequía, pero agradecerá que los riegos sean relativamente frecuentes (sobre todo en verano). Lo que no tolerará es el encharcamiento. Debes acertar con el punto de humedad en el suelo. Ha de ser ligero, ¡nada de pasarte!
Puedes servirte del riego para añadir algo de abono líquido -perfecto para ejemplares en maceta-. En tal caso, hazlo desde la primavera hasta el otoño (aproximadamente cada dos semanas). En este enlace puedes encontrarlo fácilmente: abono líquido en Amazon.
Poda
Como la bignonia florece a partir de sus tallos terminales, conviene podarla a finales del invierno. De esta manera se incentivará la producción de flores con la nueva brotación. Ya puestos, aprovecha la oportunidad para controlar su crecimiento y rebajarla en altura hasta donde consideres, así como para eliminar ramas enfermas que puedan restarle vigor.
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Plagas y enfermedades
A parte del riesgo de pudrición de sus raíces, suponiendo que carezcan del adecuado drenaje o exista un exceso de riego, el jazmín de Virginia no sufre de graves contratiempos. Tal vez el pulgón u otros chupadores se atrevan a importunarlo pero, si me lees cada semana, ya sabes que los controlarás fácilmente aplicando por ejemplo jabón potásico o aceite de neem. Evita, a ser posible, los insecticidas no ecológicos.
Reproducción
Es frecuente, por su facilidad para enraizar, la utilización de estacas de madera dura o semileñosas para su reproducción (te explico aquí la técnica). Aunque también puedes intentarlo mediante acodo. Simplemente sujeta una de las ramas con algún soporte al suelo, hasta que por sí sola y con el contacto directo y permanente acabe generando sus propias raíces.
Otra opción no tan exitosa es el uso de sus semillas. En tal caso, se recomienda estratificarlas en frío (por debajo de los 10ºC), durante al menos dos meses. Así acelerarás su germinación.
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Si deseas una enredadera vigorosa y resistente, a la par que bonita, te la recomiendo. La bignonia roja o jazmín de Virginia será sin duda una estupenda elección. Además de agasajarte con sus preciosas flores, dejará pasar la luz durante los meses fríos, -en los que su sombra se convertiría en una molestia- cualidad nada desdeñable si la cultivas sobre una pérgola.
Solo asegúrate de ofrecerle unos mínimos a tu Campsis –luz suficiente y la humedad justa-, que ella te recompensará con creces. ¿Qué más se puede pedir?
Me has animado a plantarla la próxima primavera en mis jardineras. Quiero que se enreden en la barandilla y me hagan intimidad. Creo que me hará bonito y veo que es una planta agradecida. Gracias Jose. Estoy aprendiendo mucho contigo.