Si al salir a la terraza encuentras las hojas de tu rosal cubiertas por un polvo blanco, debes saber que se trata de un hongo, el oídio. Este patógeno ataca a todo tipo de plantas pero se ensaña en particular con algunas de ellas. Robles, rosales, plátanos de sombra o evónimus son sus anfitriones preferidos. Si quieres esquivar esta enfermedad continúa leyendo. Tomando algunas precauciones quizás puedas evitarla.
Cuando llega el otoño, muchos aficionados a las setas se frotan las manos al pensar que volverán con su cesta llena el próximo fin de semana. Pero los jardineros pensamos en otro tipo de hongos… sabemos que las buenas condiciones para las setas comestibles lo son también para muchas infecciones fúngicas en las plantas.
El oídio también es conocido como blanquilla, cenizo o mal blanco.
La blanquilla es un hongo habitual en primavera y otoño ya que necesita temperaturas suaves (entorno a los 20ºC) y humedad. Así que, tras el parón del verano, vuelve a la carga y tendrás que mantenerte alerta con las plantas más sensibles.
Identificar la enfermedad
Reconocer este hongo es sencillo, ya que provoca unos síntomas muy característicos en la planta. Puede afectar a las hojas, los tallos, las flores y los frutos de muchas especies. Es corriente ver como la infección comienza en los nuevos brotes, los más tiernos y con menos defensas al no encontrarse lignificados.El rasgo más distintivo del oídio es la ceniza blanca que se percibe en la hojas y otras zonas de la planta, cuando el micelio del hongo va cubriendo su superficie. En los brotes jóvenes provoca, además, su deformación. Es común observar como las pequeñas hojas o los capullos florales nacen retorcidos al ser envueltos por el hongo.
Prevenir el oídio
El mal blanco se propaga como todos los hongos mediante esporas, que trasportadas por el viento acaban cayendo en las nuevas plantas. Esto es difícilmente evitable, pero lo que si puedes paliar son algunas de las condiciones que hacen que el hongo se expanda y produzca la enfermedad.
Como ya he comentado antes, el oídio necesita temperaturas suaves combinado con una humedad ambiental por encima del 70% para desarrollarse. Con estos datos ya sabes que la primavera y el otoño son los momentos de mayor riesgo de desarrollar el patógeno …en climas mediterráneos, claro. En lugares con climatología diferente este hongo podría ser recurrente en otras estaciones.
Al final lo que importa es que, cuando se den las condiciones favorables para la infección, controles especialmente las plantas susceptibles a este ataque.
Plantas especialmente sensibles al oídio |
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En los periodos más críticos, sobre todo después de lluvias prolongadas, es corriente tratar de forma preventiva con fungicida las plantas más sensibles. Si sabes que éstas, hagas lo que hagas, cogen oídio año tras año; un tratamiento con un producto a base de azufre puede ser tu mejor aliado.
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No obstante, no empecemos la casa por el tejado. A continuación te daré unas recomendaciones para minimizar el riesgo de aparición del oídio en las especies más delicadas. Si las sigues quizás te ahorres lo anterior.
- Es importante tener las plantas bien cuidadas. Un ejemplar debilitado es más susceptible a padecer enfermedades.
- Utiliza abonos equilibrados. El exceso de nitrógeno vuelve a las plantas más sensibles a todo tipo de parásitos.
- Evita las zonas sombrías. A veces puedes solucionar el problema simplemente cambiando tu planta a una ubicación con mejor exposición solar.
- No plantes con demasiada densidad y aclara los arbustos cuando sea necesario. La aireación insuficiente facilita la enfermedad.
- Elimina siempre las malas hierbas, estas pueden transmitir la blanquilla a tus plantas. En el anterior enlace te explico como hacerlo.
- Cuando riegues, moja únicamente el sustrato. Evita mojar las hojas y demás partes de la mata. Mírate la entrada “5 errores que no debes cometer al regar tus plantas“.
- Si te planteas poner riego automático, escoge en este caso uno por goteo.
- Si tienes riego por aspersión en el césped, orienta los emisores correctamente para evitar salpicar donde no se desee. Programa mejor los ciclos para primera hora de la mañana: si mojas las plantas al atardecer permanecerán mucho tiempo húmedas y expuestas a la infección.
Apareció el oídio, ¿qué hago?
Si el oídio aparece, a pesar de todo, tampoco es un drama. Entre todos los hongos que parasitan las plantas éste es de los menos malos.
Puedes tratar con el fungicida a base de azufre comentado antes. Además de actuar contra el oídio, también funciona como acaricida (combate la araña roja) y sirve de abono a la planta.
Es un producto respetuoso con el medio ambiente: está aceptado en agricultura ecológica. Solo tienes que tener la precaución de no tratar con temperaturas excesivamente altas, por encima de los 30ºC podrías quemar las hojas.
Si te interesa conseguir este tipo de fungicida puedes mirar aquí.
El azufre en microgránulos mojables te servirá como preventivo y para actuar contra el oídio al inicio de la infección. Al ser un hongo externo frenarás el avance de la enfermedad. Pero si la cosa se pone fea es mejor utilizar un fungicida de acción sistémica para conseguir un efecto curativo. El “Difenoconazol” esta aceptado en jardinería exterior doméstica y consigue este propósito.
El Fungicida polivalente Duaxo (de la casa Compo) tiene esta materia activa en su composición. Si lo llegas a necesitar, lo puedes encontrar en Amazon mediante este enlace.
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Independientemente del tratamiento deberás podar las partes más afectadas. Piensa que las hojas dañadas ya no se recuperarán. Elimínalas para regenerar la planta. Por cierto, procura deshacerte de los restos con cuidado para no diseminar las esporas del hongo por todas partes.
¿Y tú cómo combates el oídio? Cuéntanoslo, no te cortes. Ya sabes dónde, en los comentarios.
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Buenas tardes gracias por compartir estas experiencias y conocimientos que son de mucha ayuda; sobretodo para personas que se dedican al cultivo y manejo de frutales así como jardinería. Un abrazo para ti, Jose y todo tu equipo.